Por: Jhonatan Correa Henao
Recientemente en Santa fe de Antioquia, Piso Alto, liderado por Adriana Rios Monsalve, ha formado un colectivo que, en aras de promover las prácticas artísticas en sus múltiples aristas, se ha preguntado por los espacios del arte en la localidad y por los autores que han abordado temas artísticos, oficios, patrimonio cultural, arquitectura entre otros. Con ese fin en mente, el equipo Piso Alto discute, una vez por semana, sobre el quehacer artístico y la manera en que converge en el contexto santafereño.
Para ahondar en esta premisa y discutir algunas iniciativas en torno al arte en Santa fe de Antioquia, para esta versión deseamos conversar con la docente Bibiana Cossio, sobre el grabado.
Bibiana Cossio es docente de la Universidad de Antioquia, grabadora y actualmente es la cabeza del Taller de Grabado en conjunto con Comfama y el Museo Juan del Corral. Bibiana profesa una larga trayectoria en la formación de artistas en la técnica y en la investigación sobre los materiales que refieren al grabado y sus usos.
¿Qué ha significado el grabado en su proceso docente? De todo lo que he hecho, el grabado significa una parte muy importante de mi vida, vivir en la incertidumbre constante me permitió concederme espacios para agradecer y poner a prueba mis deseos, además de tener la oportunidad de conocer múltiples pensamientos en torno a un taller y al compartir con diversidad de públicos, que siempre tienen mucho que aportar en el proceso formativo. Estoy tremendamente agradecida con mi maestro Luis Fernando Mejía Jaramillo, que me concedió los espacios de aprendizaje-enseñanza propicios para disfrutar del oficio (uno que ha ido en detrimento), fue un guía en todos los procesos gráficos. Terminé en la docencia porque, de alguna manera, él dejó en mi memoria la evidencia intacta del amor al arte.
¿Qué es grabar?, ¿Cuál es su técnica preferida? Me gusta usar siempre el ejemplo del cuerpo, nosotros por naturaleza tenemos grabada en nuestra piel la huella, ella nos hace únicos desde esa disposición morfológica, por lo cual grabar es perfectamente eso, dejar huella. Desde esta posición hay innumerables superficies, nobles o rígidas, que permiten dejar rastros y estampas. Normalmente usamos acrílico, madera, acetato y metales como hierro, cobre, bronce, zinc, aluminio, entre otros.
Estos planos cuando son intervenidos con las herramientas adecuadas, entre ellas gubias, punzones y ruletas, mostrarán cambios en la superficie y el resultado se manifiesta desde la particularidad del autor y el material, por lo cual estos productos siempre tendrán una identidad muy propia que dialoga con las necesidades del autor y la nobleza de las superficies donde trabaja. Al final lo que ocurre con las marcas que dejamos en la superficie es que se convierten en una huella que será entintada y reproducida sobre papeles, textiles u otros soportes planos.
Todas las técnicas tienen su encanto, los resultados son inesperados y eso mantiene la magia del proceso hasta el producto, lo exquisito del monotipo es lo incontrolable que puede ser toda la experimentación, pero los productos siempre son repentinos, así mismo en el taco perdido, donde el color siempre muestra su faceta más agraciada, o el grabado calcográfico donde el trazo, la mancha, las tramas y las texturas juegan un papel impresionante a la hora de la composición; si debiera elegir una técnica favorita, consideraría que la técnica mixta, que implica mezclar varias técnicas, es la técnica más apropiada para resolver imágenes mentales, cuando hay una claridad en todos los procesos de grabado y las necesidades plásticas del autor.
¿Cuál es su población predilecta? He trabajado siempre con adolescentes y adultos, con niños no he tenido experiencia alguna. Ambas poblaciones me agradan mucho, porque he vivido con ellos el encanto de lo nuevo, y más con el grabado, que se presenta como una técnica poco experimentada en la población, debido al contacto directo con las artes plásticas en general y su tendencia al ser de avanzada, muy pocos han visto grabados o escuchado de la técnica y cuando lo hacen no les es tan natural como la pintura, la escultura, la fotografía u otros oficios.
¿Qué acercamientos ha tenido Santa Fe de Antioquia y su público con este tipo de prácticas artísticas? Santa Fe de Antioquia a través de los esfuerzos mancomunados de instituciones culturales como el Museo Juan del Corral y Comfama; en cabeza de Martha Lucía Villafañe y su equipo de trabajo, han permitido que los talleres se introduzcan de manera paulatina en la vida de algunos de sus habitantes y visibilizan los oficios, por lo que abren espacios para discutir y abordar el tema de los procesos de aprendizaje en el hacer plástico. Desde el taller gráfico tocamos temas que son amigables con el medio ambiente y con la salud, desde un proceso más experimental, que ha cautivado mi atención como el grabado no tóxico.
En Santa Fe de Antioquia hay mucho por hacer, creemos que estos procesos pueden potencializar la investigación en las artes, en las técnicas y en los espacios para la creación con la premisa de renovar la visual y la plástica local. Consideramos que esta práctica milenaria puede convertirse en un espacio de autoría en creación de contenidos, por lo que planteamos un disfrute del taller con miras a exploraciones e intereses particulares de los autores, ya que el contacto directo con estas posibilidades, nos permite abrir el debate también de lo contemporáneo, del contexto de las obras, las formas de comunicar ideas y pensamientos.
En Piso Alto discutimos y exploramos las prácticas artísticas locales, pretendemos crear contenidos de saber y de opinión en torno a lo nuestro y a la cotidianidad Santafereña, concluimos esta entrevista con una docente entregada a su oficio por el cual ha dado su vida, que demuestra con fuerza que no es imposible poner a prueba significados nuevos y sorpresivos para una comunidad que se encuentra en construcción que demanda otras formar de ser y hacer.